Ahora me llega la noticia de tu detención y la tortura a la que fuiste sometido. Yo quisiera darte algo para aliviar tus heridas y avivar tu coraje por la humillación recibida. Algo que te haga fuerte y te sane, algo que te haga, ya, indestructible. Algo como las:
Juan Manuel Venegas, La Jornada, 30 de julio. El Grupo San Angel recibió una carta de invitación del subcomandante Marcos para participar en la Convención Democrática Nacional (CDN), sin embargo, el colectivo acordó ayer no integrarse a los trabajos que se realizarán en Chiapas, y en su respuesta manifiesta su intención de «examinar un encuentro (con el insurgente) con posterioridad a la Convención, de ser posible antes de las elecciones federales, para intercambiar puntos de vista».
Reciba vuesa beldad múltiples y espectaculares reverencias. Que acallen las fanfarrias su incómodo saludo. Dejad que mi equino rocinante acerque su torpe paso hasta el pie de la ventana vuestra, que mi intrépido atrevimiento se llegue hasta vuestro balcón, y que pueda yo, con la incómoda amenaza de despeñarme hasta el suelo (…)
El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional declara lo siguiente:
Van comunicados sobre «financiamientos extranjeros» y nuevo comisionado para la paz. Además, completamente gratis, un prólogo coleccionable para ediciones marginales y piratas de los comunicados. De nada, no hay por qué darlas… todavía.
Nos han engañado. Todo este tiempo hemos vivido en una gigantesca mentira, hemos vivido en medio de una mierda a cuyo olor querían que nos acostumbráramos y que confundiéramos con un agradable perfume. (…)
Este Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional quiere invitarlo a que forme parte de la nueva Comisión Nacional de Intermediación, con el fin de no detener la búsqueda de una solución política al conflicto.
Cumpliendo indicaciones del Comité Clandestino Revolucionario Indígena Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, me dirijo a ustedes para hacer llegar a esa Convención Democrática Estatal Chiapaneca el saludo sincero de los más pequeños de la patria, de los hombres y mujeres sin rostro y sin nombre, de los que son montaña, de los zapatistas.
Las dos cosas, digo yo. La escribimos y nos escribe. Si sólo nos escribe se condena y nos condena a repetir la historia, tal vez más grotescamente pero a repetirla. Si sólo la escribimos no podremos distinguir «lo que es cierto de lo fingido» y nos otorgaremos, por decreto, lo que la realidad nos negará con esa terquedad que suele tener la realidad: el poder de pintar una historia sólo del falso color de la bondad y el heroísmo. (…)
Recibí el recado oral que tuvo usted a bien mandarme con el maestro Carlos Payán. Recuerdo que era algo así como «Dios tuvo éxito porque no se mostraba mucho» o algo parecido. Yo contesté con algo como «Por eso está el mundo como está», o una barbaridad parecida. Valga la presente como una rectificación. (…)